El gasto de género requiere implementarse de manera generalizada en los programas de política pública

Solamente ha sido utilizado por 19% de las oficinas de gobierno para financiar apenas 20% de los programas que implementan

31 de mayo 2023.- Violeta Rodríguez, investigadora del Instituto de investigaciones económicas de la UNAM, dictó la conferencia Presupuesto y brechas de género en México, donde hizo una revisión de cómo se ha comportado el presupuesto de género en el caso de México.

Explicó que éste distribuye fondos públicos para financiar las acciones implementadas por el gobierno para promover la igualdad de género, posibilitando su realización.

Refirió que el gasto de género es el precursor del gasto en derechos humanos y que el reconocimiento de la igualdad de género como un capítulo especial del enfoque de derechos humanos le otorga al presupuesto de género la máxima protección y garantía jurídica.

Sin embargo, destacó que el presupuesto de género solamente ha sido utilizado por 19% de las oficinas de gobierno para financiar apenas 20% de los programas que implementan, por consiguiente, la gran mayoría no ha adoptado la perspectiva de género, lo que se encuentra en oposición al compromiso que realizó México cuando adoptó la Plataforma de acción de la Cuarta conferencia mundial sobre la mujer, la cual mandata “conseguir que la perspectiva de género se incorpore normalmente en todos los programas y ministerios de gobierno, así como movilizar fondos de todas las fuentes y sectores con esos propósitos”.

Por otro lado, la investigadora habló sobre la participación de las mujeres en el empleo y señaló que ésta creció sostenidamente de 38.17% en 2021 a 42.88 en 2007, aplanándose a partir de entonces hasta alcanzar 41.0% en promedio en 2021, contra 71.8% obtenido por los hombres.

De acuerdo a un modelo que presentó, observó que las brechas de género negativas de salario y antigüedad laboral prevalecen aun a pesar de que las mujeres representativas del cluster femenino fueron las de mayor escolaridad y las que más horas dedicaron al trabajo remunerado, lo que pone en evidencia que siguen siendo afectadas por una clase de discriminación estructural que las obliga a convertirse en las que pagan unilateralmente el costo de la reproducción.

Mencionó que este tipo de discriminación no ha sido eliminado por los programas implementados para cerrar la brecha educativa, lo que vuelve evidente que para lograr el objetivo de la equidad de género se requieren políticas públicas adicionales, lo que abre un espacio de oportunidad para reestructurar el gasto de género.

Por lo anterior concluyó que el gasto de género requiere implementarse de manera generalizada a lo largo de todos los programas de política pública, poniendo el énfasis en la implementación de políticas públicas que trastoquen las normas discriminatorias de género utilizadas para asignar las tareas que las mujeres tienen en la sociedad y también para asignar los puestos de trabajo en el país.